En 1969, las hermanas Trang y Quynh, desesperadas por ayudar a sus padres a pagar sus deudas, abandonan su aldea y se convierten en «chicas de bar» en Saigón, donde beben y coquetean con soldados estadounidenses a cambio de dinero. A medida que la guerra se acerca a la ciudad, la otrora inocente Trang se ve envuelta en un irresistible romance con un piloto de helicóptero estadounidense joven y encantador. Décadas más tarde, Dan, un soldado veterano estadounidense, regresa a Vietnam con Linda, su mujer, con la esperanza de encontrar una cura para su trastorno de estrés postraumático y, sin que Linda lo sepa, enfrentarse a los secretos de su pasado.
Al mismo tiempo, Phong, hijo de un soldado negro estadounidense y de una vietnamita, emprende la búsqueda de sus padres e intenta salir de Vietnam. Phong, que fue abandonado delante de un orfanato, ha recibido desde pequeño nombres como «niño de la calle», «negro imperialista americano» e «hijo del enemigo», y sueña con una vida mejor para él y su familia en los Estados Unidos.
El pasado y el presente convergen cuando estos personajes se encuentran y se enfrentan a decisiones tomadas en tiempos de guerra, unas decisiones que los obligan a mirar en lo más profundo de su ser y a encontrar puntos en común más allá de la etnia, las generaciones, la cultura y el idioma.
«Historia épica, que pasa páginas de principio a fin.»
Esta fue una historia realmente buena. El libro se estructuró contando las historias de las dos hermanas como libros separados vistos desde cada una de sus propias perspectivas. Esto me hizo querer seguir leyendo para volver con la otra hermana y ver cómo afrontó los mismos acontecimientos de la Guerra de Vietnam. El lector se sumerge por completo en la trama.