¿Cómo pienso? ¿Qué este “yo” que parece el hacedor de ese pensamiento? ¿Yo sería distinto si hubiera nacido en una época diferente, en otro lugar o en otro cuerpo? ¿Adónde voy cuando me duermo, cuando sueño, cuando muero? ¿Todo eso se origina en mi cerebro? Estas preguntas acuciaron a sabios y legos de todas las épocas. Pero hasta hace apenas dos o tres décadas, la ciencia no se atrevía a enfrentarlas. Hoy en día, especialmente gracias al avance de las técnicas que permiten obtener imágenes del cerebro en funcionamiento, el problema de la conciencia entró a los laboratorios y está a la vanguardia de la investigación experimental. Este libro cuenta cómo cambiaron las cosas y cómo la neurociencia comienza a abordar grandes desafíos. El reconocido neurocientífico Stanislas Dehaene nos guía, con asombrosa naturalidad, por los descubrimientos que develan el código de nuestro pensamiento y también por “el lado oscuro” de la conciencia, un cúmulo gigantesco de actividad inconsciente que tiene consecuencias en nuestra conducta sin que nos enteremos siquiera. Al detectar las marcas de la conciencia, examina también en qué medida esas huellas están presentes en experiencias como los sueños, el estado vegetativo, el coma, la recuperación de un ACV o la esquizofrenia. Pero la contribución fundamental presente en estas páginas es la teoría del espacio de trabajo global, que permite dar cuenta de cómo el cerebro procesa nuestro entorno y genera información que podemos usar con flexibilidad, comunicar a otros y recordar. Lleno de historias y experimentos, La conciencia en el cerebro es la explicación más completa y sofisticada con que contamos hasta el momento sobre las bases neurales de la experiencia consciente, esa que define quiénes somos o creemos ser. Dehaene, autor de estilo exquisito, propone una emocionante travesía por la materia de nuestro terrenal pero descomunalmente poderoso cerebro en busca de la mente, esa experiencia ilimitada con que construimos las comarcas de la imaginación y la memoria.
Que pasa adentro de nuestro cráneo…. parece que le echamos un vistazo al alma…miles de millones de neuronas interconectadas en una danza perfecta… quién pone la música para ese baile???